Así como nuestro presente global, sumido en una transformación incierta, nos sitúa frente a la necesidad de pensar alternativas de convivencia, sociales, económicas y ecológicas, en otras épocas se proyectaron futuros alternativos o se buscaron en el pasado respuestas a situaciones críticas. El arte y la cultura han sido un terreno fecundo para imaginar utopías y distopías. Tanto la construcción de mundos deseados como la proyección de futuros apocalípticos aparecen como inquietudes vitales en coyunturas, épocas y culturas diversas. Las representaciones de mundos pasados, presentes y futuros se superponen a lo largo de la historia como expresiones utópicas o distópicas al punto de, en ocasiones, signar la cultura visual de una época.

Explorar nuevos mundos a través de imágenes científicas, religiosas o mágicas; concebir ciudades ideales desde la arquitectura; dar forma visual a modelos políticos y sociales más justos; crear propuestas donde la estética cumpla una función social transformadora: estas fueron algunas de las vías que llevaron a pensar maneras de deconstruir la realidad para reconstruirla de otro modo.

Esos mundos deseados o temidos, ficticios, pero siempre posibles, surgen como formas de proyectar miedos y esperanzas en imágenes y relatos que fuerzan al límite la invención de otras realidades en potencia. Las miradas sobre la naturaleza y la técnica, la innovación en materialidades y textualidades, permiten alimentar estas construcciones proyectivas.

El Centro Argentino de Investigadores de Arte (CAIA) invita a debatir en torno a estos temas que han atrapado la imaginación individual o colectiva para abrir nuevas maneras de imaginar, pensar y actuar otros mundos.